Fundamentación

En las últimas décadas, las investigaciones han dado como resultado una concepción del bebé sustancialmente diferente de la que anteriormente imperaba: los bebés, desde el nacimiento son seres relativamente competentes, adaptados al medio y conectados con su entorno. El bebé nace con los sentidos bastante desarrollados y con una capacidad innata de percibir su cuerpo.

Se han realizado estudios sobre el desarrollo intrauterino que indican que los dos sentidos que se desarrollan más precozmente son el tacto y el oído. A los cuatro meses y medio de gestación el oído está completamente desarrollado. Por lo tanto, estos dos sentidos son vías privilegiadas de comunicación del infante con el entorno. Los programas realizados en el exterior de cuidado canguro y de canto a neonatos basan su trabajo en esta evidencia.

En el estado intrauterino el bebé no sólo percibe estímulos, también se mueve de diversas formas. La creadora del Body-Mind-Centering®, Bonnie Bainbridge-Cohen ha relacionado el desarrollo del sistema nervioso con el movimiento del bebé en el vientre materno. Bainbridge-Cohen es pionera en el estudio del desarrollo intrauterino y ha propuesto que el desarrollo del sistema nervioso del bebé se nutre tanto de su propio movimiento como de la estimulación cutánea que recibe como efecto del movimiento en y del líquido amniótico. “El movimiento y el toque se desarrollan simultáneamente¨

Aunque las políticas para la infancia temprana están en pleno desarrollo en muchos países actualmente, aún falta mucho por hacer en el sentido de poder implementar programas que se hagan eco de los últimos descubrimientos científicos al servicio de la salud de los más pequeños de nuestras sociedades.

En algunos hospitales se están implementando programas de sesiones de canto para los bebés prematuros con el objetivo de ayudar a su desarrollo y facilitar el vínculo afectivo entre los padres y el niño. A través de sesiones de terapia musical se obtienen efectos positivos en el sistema nervioso, que afectan en forma directa a los sistemas endocrino e inmunológico. Sobre todo de los países más ricos, se están agregando departamentos de musicoterapia en las salas de internación pediátrica, ya que esta práctica es favorecedora de la recuperación de los niños. Por ejemplo, en el Hospital de niños de la Universidad de Filadelfia se ha incluido la musicoterapia en neonatología y se ha comprobado que estas sesiones reducen el nivel de estrés de los bebés y mejora su capacidad de alimentarse y aumentar de peso.

El proyecto Acunar surge del deseo de un grupo de cantantes, terapeutas y educadoras de llevar los beneficios del canto y las técnicas somáticas al ámbito de la atención de los bebés prematuros.

El equipo se compone de profesionales de distintas áreas: el uso terapéutico y comunicativo de la voz y el contacto corporal, la perspectiva educativa y la experiencia terapéutica desde la terapia somática y la psicoterapia y la investigación sobre vínculo temprano.

Qué hacemos: Cantamos a cada niño y trabajamos con la familia y con el equipo médico.

Partimos de la idea de que la internación neonatal es una situación estresante para el bebé y para su familia. Esta situación interfiere significativamente en las tareas que los padres suelen realizar para cuidar del pequeño: el contacto corporal, el abrazo, el sostén, el baño, el amamantamiento, la mirada mutua, etc. Esta interferencia ocasiona estrés tanto en los padres, cuya parentalidad intuitiva se encuentra desconcertada, como en el niño. El estrés está relacionado con la producción de altos niveles de cortisol, lo cual dificulta el desarrollo fisiológico y psicológico del bebé. Los padres sufren estrés porque se sienten impotentes frente a la dificultad de salud de sus hijos. Permitirles que intervengan en las actividades de cuidado de sus hijos actúa como un protector del trauma y crea resiliencia.

Desde el nivel del bebé el estrés en la primera infancia, según la Psico- Neuro-Inmuno-Endocrinología se relaciona con la vulnerabilidad somática a lo largo de la vida, es por esto que la intervención temprana para bajar los niveles de estrés es importante para fomentar la salud psico-neuro-imnuno-biológica.  La interacción de la madre con su bebé modela la forma en que se coordinan los sistemas inmunitario y endocrino. Mediante esta interacción (caricias, amamantamiento, habla, canto, contacto visual y presencia física) la madre prepara el cuerpo del bebé para reconocer lo que es seguro y lo que no es seguro en el mundo.

Acunar se propone favorecer el vínculo madre/padre/familia-bebé tanto a través de la voz como a través del toque sutil y consciente. En ese sentido nos apoyamos en el concepto de entonamiento afectivo en sentido amplio, donde los padres puedan estar presentes con sus hijos haciendo que los niños se sientan sentidos y acompañados. A su vez nos apoyamos en la investigaciones de Piera Aulagnier quien resaltó la importancia del placer en las experiencias de interacción madre-hijo. Según esta autora las interacciones donde además de la atención de las necesidades hay un plus de placer dejan como efecto una inscripción psíquica positiva, que deja como huella el reconocimiento del cuerpo.

En Argentina Ricardo Rodulfo señala que dichas inscripciones son fundamentales para la realización del primer trabajo psíquico del bebé, denominado el hacer superficie: que consiste en sentir la continuidad del sí mismo a través de las sensaciones del propio cuerpo y percibir la continuidad existencial a través del tiempo. Según Rodulfo la estimulación de la piel es fundamental para ese trabajo psíquico por su función de envoltura psicofísica.

El contacto a través del sonido es otro medio privilegiado para entrar en contacto psicológico con el bebé. Se ha comprobado que el bebé reacciona dentro del útero a una gran variedad de sonidos a partir del sexto mes y que el oído se encuentra completamente formado ya a los cuatro meses y medio de gestación. Sabemos que la vibración del sonido, toca, conmueve, atraviesa el cuerpo, hace vibrar a las células tanto del emisor como del receptor.

La voz, además, lleva consigo la intención de quien la emite, ya que los diferentes tipos de vibraciones contagian estados psicofisiológicos y emocionales específicos.  El canto que acuna transmite al bebé un mensaje de serenidad y de amor. El estado de tranquilidad es el deseable para que el prematuro pueda desarrollarse saludablemente y el amor es el nutriente fundamental para el ser humano.

Los adultos que rodean al bebé pueden usar su voz para facilitar la salud de éste y al mismo tiempo la suya propia.

Acunar entonces ofrece un andamiaje para dar sostén a este vínculo primario en la situación de internación neonatológica y realiza prácticas de canto y toque consciente a los bebés. A su vez propone dar herramientas a enfermeras, médicos y otros agentes de salud del equipo para estimular su resiliencia,  empatizar con el bebé y aprender a tocar y usar su voz en el sentido antes dicho. Ello contribuye a hacer de la sala un espacio más humanizado y a integrar la salud psicológica a la salud física.

Estos métodos para asistir a los prematuros y a su ambiente familiar son económicos, eficaces, seguros y de fácil implementación. La​ ​sustentabilidad​ ​y​ ​permanencia​ ​del​ ​programa​ ​se​ ​ven​ ​garantizadas​ ​por​ ​el​ ​bajo​ ​costo​ ​que​ ​requiere, ya​ ​que​ ​no​ ​necesita​ ​grandes​ ​tecnologías​ ​para​ ​su​ ​implementación.​ ​Los​ ​recursos​ ​necesarios​ ​son​ ​para la​ ​formación​ ​de​ ​quienes​ ​lo​ ​realizan,​ ​para​ ​saber​ ​interactuar​ ​con​ ​personas​ ​en​ ​situación​ ​de​ ​crisis​ ​en un​ ​ámbito​ ​complejo​ ​cuyos​ ​trabajadores​ ​están​ ​sometidos​ ​a​ ​estrés​ ​crónico.​

A su vez ofrecen el tan necesario cuidado del cuidador, ya que es un área de trabajo particularmente estresante y en nuestro país hay escases de nuevos profesionales que la elijan como especialidad. Sabemos que estamos proponiendo un cambio de paradigma al considerar al equipo médico como parte de lo que hay que atender para sostener el trabajo de la sala de neonatología.

Un niño acunado, una familia contenida, un mundo más humanizado.